Jesús Ariel Aguirre
Aguirre, Jesús Ariel
El código. La máscara de oro del Rey Tut / Jesús Ariel Aguirre. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-1217-8 1.
Narrativa Argentina. 2. Novelas. I. Título.
CDD A863
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
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Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mi querida madre,
que siempre ha estado a mi lado.
“Los viajes son en la juventud una parte de la educación y, en la vejez, una parte de experiencia”
Sir Francis Bacon
El profesor de Arqueología Thomas Dee, se encuentra en Berlín dentro del Museo que custodia el busto de la reina egipcia más famosa: Nefertiti.
Su rostro resplandece indemne, en el Neues Museum de Berlín en Alemania, hipnotiza a millones de visitantes cada año. Se exhibe actualmente en la Sala de la Cúpula Norte del Museo Egipcio de Berlín. Una aseguradora ha tasado el busto en más de 300 millones de euros.
Anne Lee periodista de la cadena CNN y amiga de Thomas, pero que hace años que no ve, alcanza ubicarlo dentro del Museo, después de buscarlo por otras salas, logra divisarlo junto a la gran cantidad de gente que visita a la reina Nefertiti, como en una audiencia Real. Neferu Aton Nefertiti es el nombre completo de esta reina pérdida y en el exilio. Thomas hipnotizado por la belleza de su cuello, el tono azul de su tocado, y sus labios que parecen recién pintados.
Sorprendido por la inesperada aparición de ella en el Museo, después de abrazarla y darle un beso en la mejilla, se apartan de la multitud, y él le pregunta que razón la trae a Berlín.
Ella le cuenta que está trabajando sobre una nota, para la cadena de noticias donde trabaja, sobre la inauguración del Nuevo Museo Egipcio, y lo convence de que lo acompañe al Cairo.
Él le cuenta sus últimos trabajos en Amarna y que su vida transcurre entre Londres y Luxor, y que con gusto la acompañaría. Ella necesita alguien que la asesore en todo lo que a historia egipcia se refiere, así que juntos vuelan a la cuidad de El Cairo, y de ahí se dirijen hasta Tell Amarna, en Egipto.
La noticia corre rápidamente en cercanías a Tell El Amarna un descubrimiento ha dejado perplejos a los arqueólogos egipcios y a la comunidad internacional.
Desde hace 40 años el profesor en Emérito de Egiptología Barry Kemp de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) dirige el Proyecto Amarna, cuya investigación sistemática en el sitio.
Dirigió las excavaciones e investigaciones en la Misión Británica en Tell Amarna desde 1977.
Amarna es el nombre árabe de una región situada en la ribera oriental del rio Nilo, famosa por ser el territorio donde se edifico la cuidad de Ajetaton a mediados del siglo XIV a.C.
El faraón Akhenaton dio la orden de construir esta ciudad en el quinto año de su reinado, convirtiéndola en la capital del todo Egipto, sirviendo de culto al dios Aton (Representado por el disco solar). La cuidad estaba ubicada justo a la mitad entre Menfis y Tebas, ambas capitales del antiguo imperio en diferentes épocas.
A pesar de que fue destruida por orden de los faraones que lo sucedieron, aun hoy en ruinas, contiene dos palacios reales, el palacio del Sur y el palacio del Norte, y los templos de Aton.
También ha sido posible recolectar información de la cuidad desaparecido ya que nunca se volvió a levantar en este sitio ninguna otra ciudad, en la ciudad fueron descubiertas las cabezas de la estatua de Akhenaton y otra de la reina Nefertiti.
Actualmente se conoce como el yacimiento arqueológico Amarna se preservan allí 3.300 años de historia.
Esta ciudad es conocida como la Pompeya de Egipto, cubierta desde hace 3000 años por la arena, Amarna fue abandonada poco después de la muerte de Akhenaton.
Al nivel del piso, con un pincel van quitando la arena hasta dejar descubierto la piedra de los cimientos de sus edificios, así ha sido posible hacer un plano del Gran Templo de Aton.
Uno de los principales atractivos turísticos de Amarna son 25 tumbas excavadas en la roca, y la propia tumba Real la TA26, que exhiben en su decoración un detallado registro pictórico de la corte de Akhenaton y la vida en la cuidad.
Ajetaton se extendía unos 12 kilómetros a lo largo del Nilo y cinco tierra a dentro. Al norte del centro urbano se erigía el templo más grande, de unos 750 metros de largo por 300 metros de ancho. Ajetaton no estaba amurallada. En el centro se alzaba el Gran Palacio, en cuyas salas de paredes coloridas, patios y caminos empedrados.
Thomas regresa a las excavaciones y mientras investigaba unos cartuchos antiguos, ha encontrado un objeto que probablemente perteneció a la Dinastía XVIII, al mismísimo y misterioso Akhenaton, hijo Amenofis III, y padre del Rey Tut.
El profesor de Arqueología Thomas Dee, estudio Arqueología y Egiptología en la Universidad de Cambridge y se doctoro con una tesis dedicada a los restos arqueológicos de Tell el–Amarna. Posteriormente investigo a la familia real de Akhenaton, como investigador del British Academy en New Gall, Cambridge. Actualmente es profesor de arqueología de Egipto en la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford. Es autor de numerosos libros y artículos académicos sobre el Antiguo Egipto.
Justo ahí en las excavaciones encuentran un pequeño objeto funerario muy similar a la que se encontrara en el valle de los reyes en Luxor del Rey Tut Ankh Amon, pero este está realizado en piedra fayenza azul muy bella de 18,5 centímetros.
Fascinada por la historia egipcia una periodista Sudafricana Anne Lein, que trabaja para la cadena CNN internacional, quien está acreditada para la inauguración del Gran Museo Egipcio, persigue al profesor por donde que este ande, ella desea ser la primera en escribir sobre la noticia de tal descubrimiento, así que se une al profesor Dee en la busca de respuestas.
El profesor después de analizar minuciosamente el objeto, dice que probablemente el objeto encontrado sea un ushebtis, parte de los que fueron enterrados con Akhenaton primero en Amarna y después llevado a Tebas, hasta el Valle de los Reyes.
Anne interrumpe y pregunta ¿que eran estos Ushebtis?
Thomas le dice que son pequeñas estatuas del faraón, pequeñas figuras de forma momiforme, normalmente hechas en madera o loza, que se depositaban en el sepulcro con la intención de que actuasen como sirvientes del difunto y que, de este modo, el no tuviera que trabajar durante la eternidad. Ushebtis es un término egipcio que significa “los que responden”, y fueron ideados como parte del ajuar funerarios, la idea era remplazar a su propietarios en las tareas de labranza e irrigación que pudieran ser requeridas en lalu, es decir en el reino de Osiris, o como lo conocemos comúnmente: en el “Mas Allá”.
El origen de estas piezas se pierde en el tiempo, pero en Egipto no fue hasta que Champollion consigue descifrar la escritura jeroglífica, que encontramos la primera aproximación al verdadero significado de estos objetos. Podemos considerar que es en ese preciso momento (año 1822), que inicio el largo recorrido del estudio que llevara a recuperar y entender el verdadero significado de las estatuillas.
Thomas le dice a Anne que en un principio se elaboraban para el difunto, con el tiempo al transcurrir de las diferentes dinastías, llegaron a fabricarse grandes cantidades de estas estatuillas, como si fueron en serie, en el caso del faraón Tutankamon quien tenía a su disposición 365 ushebtis, uno para cada día del año, 36 capataces, uno por cada cuadrilla de 10 obreros, y 12 jefes de mes, uno por cada mes del año. Esto hacia un total de 413 ushebtis que servían al rey en el Mas Allá.
Existe una diversidad de materiales con los que se realizaron los ushebtis, entre los cuales se encuentran la madera, la fayenza y otros materiales como la terracota, el barro, la cera, la cerámica, el cobre, el bronce, la pasta vítrea, la piedra en sus diferentes modalidades en uso en Egipto (granito, en sus distintas particularidades, especialmente el rosa, la piedra calcárea, la calcita, la serpentinita, la cuarcita, caliza, incluso el alabastro). La altura de los objetos rondaba entre los 20 y 25 centímetros.
Tenían inscripciones jeroglíficas que hacen referencia al llamado, se encuentra sobre las piernas.
Generalmente se guardaban en cajitas de madera, tenían una particularidad, de tener un elemento vertical que les permitía estar erectos eternamente.
La forma de activar las diferentes figuras funerarias para que realizaran los trabajos que tenían encomendados era a través de la recitación de ciertas formulas mágicas. Llamadas “Formulas shabtis”. Después seguiremos hablando de esto, cuando hablemos del los libros sagrados, te parece, dice Thomas a Lein.
Ahora se dirigen hacia las zonas de las estelas fronterizas, zona en las que se han encontrado unas 15 estelas que han sido etiquetadas, cada una, con una letra. Tres de ellas se encuentran en el lado occidental del Nilo, denominadas A, B y F. La estela A es la más septentrional y se encuentra en Tuna el–Yebel. Las otras doce se encuentran en el lado oriental del Nilo y están representadas por las letras J, K, L, M, N, P, Q ,R, S , U, V ,X. La más lejana es la X que está cerca de las tumbas de el–Sheij Said. Este sistema de denominación sistemática de estalas fue creado por el egiptólogo ingles Flinders Petrie y todavía es utilizado hoy día.
Ellos van en busca de la estela “U” está situado en la orilla este, formando parte del llamado segundo grupo constituido por las estelas.
Esta estela es una de las cinco que mejor se conservan y gracias a ellas se ha podido reconstruir íntegramente el texto denominado “de la proclamación”. La estela mide 7,6 de altura y está muy cerca de las tumbas reales de Amaran (TA–26).
Pertenece al año 6 del reinado de Akhenaton, aunque fue ampliada posteriormente en el año 8. El tema principal es la consagración de la cuidad de Ajetaton al dios Aton. También aparece la “proclamación” y la “repetición del juramento”.
Akhenaton construyó la ciudad de Ajetaton para la deidad solar Aton. También decidió hacer esta ciudad su capital religiosa y política. Las estelas que planifico y construyo alrededor del perímetro de la ciudad explican por qué la ciudad fue construida, en honor a Aton, y se describe igualmente el proyecto diseño de la ciudad. Además tiene representaciones de Akhenaton y su real familia adorando a Aton.
Lamentablemente, muchas de las estelas excavadas en la roca que marcaban los límites fronterizos de Ajetaton se encuentran actualmente en un estado lamentable. Esto es debido a una serie de sucesos, incluyendo la natural erosión, el tipo de roca en que fueron construidas y el daño humano. Incluso la estela “P” fue volada en 1906, pues creían era la puerta hacia la cámara del tesoro. La Estela “R” fue arrancada en fecha indefinida y los restos serian comprados por el Museo del Louvre en 1940. La estela “S” en 1984, fue muy dañada ante los intentos de los ladrones de cortarla en piezas hasta que en 2004 fue dinamitada y destruida totalmente.
La ceremonia de “toma de posesion” del terreno pudo ser marcada inicialmente por una tablilla (L) provisional, ya que los primeros limites fueron marcados por las estelas X y M en el años 5 (AK5). En una posterior visita a la zona, Akhenaton ordeno copiar las estela M que había sufrido desperfectos. Asi se coloca la estela K, que lleva la fecha del año 5, mes 8 y dia 13.
Durante el AK6 (año 6 del reinado de Akhenaton) se esculpen las estelas J y V. Ese mismo año, Akhenaton marca el límite occidental del territorio apoyándose en la estela J hacia las montañas del Oeste, grabando la estela F.
Las otras dos estelas que marcan el limite occidental (A y B) se graban con inscripción del año 8, mes 4, día 30. Ese mismo año se terminan las estelas N, P, Q, R, S, y U que acaba de delimitar el horizonte de Aton.
Las estelas fronterizas se construyeron como auténticos grupos escultóricos, en los que se representaba el texto y la imagen de la familia real bajo la protección de Aton, dentro de un cuadro con arco superior representando el cielo contenedor del disco solar. Los textos de las estelas, contienen promesas de no traspasar los límites de las estelas y de la familia real.
Como dato, se ha podido recoger el texto casi integro de la estela K, copia de la primera estela M, siendo este el mensaje: “Año 5, mes 8, dia 13 ¡Salve buen dios, que se deleita en la Verdad, Señor de los Cielos, de la tierra, Aton, el Palpitante, el Grande, que ilumina los Dos Reinos!
¡Salve Padre, divino y real, Ra–Harotki, que se regocija en el horizonte en su aspecto Luz que emana del disco del sol, que vive por siempre y para siempre, Aton, el Grande, que se regocija en el templo de Aton en Ajetaton!
¡Salve Horus, fuerte Toro amado por Aton (Nombre de Horus de Ajenaton) Varón de dos mujeres, Grande en el reino de Ajenaton (nombre de Nebty de Ajenaton); Horus de Oro, que Sostiene el nombre de Aton (nombre de Oro de Ajenaton); El Rey de Bajo y Alto Egipto, el que palpita en la verdad (epíteto de Maat del AK5), Señor de los dos Reinos Neferjeperure, Waen Re(prenombre labrado semejanza de la figura de Ra, el Unigénito de Ra); El Hijo de Ra, el que palpita la Verdad, Señor de las dos Coronas, Ajenaton (Nombre), que sean largos días sobre la Tierra.
El Buen Dios, el unigénito de Ra, cuya belleza creo Aton, en verdad excelente para su Hacedor, que le satisface con aquello que el espíritu quiere, sirviéndole a El que lo ha creado, administrando la tierra por El que le instituyo en su trono, previendo su mansión eterna con tantas riquezas, llevando por doquier a Aton y glorificando su nombre, que crea la Tierra para que pertenezca a su Hacedor (…)
Y la Heredera Magnifica en Palacio la del bello rostro Adorna con ligeras Plumas, Señora de la Felicidad, Fuente de Virtudes, la voz que complace el rey escuchar la Esposa Favorita del Rey, su buen amada, la Señora de los Dos Reinos, Nefernefruaton–Nefertiti. Salve a ella por siempre y para siempre (…)” (C. Aldred)
Anne Lein busca saber más del faraón Amenhotep IV, por lo que pregunta: ¿Por qué Akhenaton cambio su nombre y porque se lo conoce como el faraón hereje?
Ngerjeperura Amenhotep, Neferjeperura Ajenaton, fue el decimo faraón de la dinastía XVIII. Reino de 1353 a.C. hasta 1338 a.C.
La transcripción de los jeroglíficos de su primer nombre de Trono y de nacimiento es Nefer–Jeperu–Ra Amen–Hotep.
Akhenaton llego al trono con el mismo nombre monárquico que su padre: Amenhotep (transcripto Amen–Hotep y más tarde helenizado como Amenofis que en el antiguo idioma significa “Amon está satisfecho” o “hágase la voluntad de Amón”.
Fue hijo de Amenhotep III y de la reina Tiye. Sucedió a su padre tras la muerte prematura del príncipe Thutmose, sucesor legitimo. Era un tiempo de dicha, el Imperio rebozaba de oro en sus arcas, la administración era eficiente, su padre gobernó por tres décadas, y se presentaba como un soberano divino, triunfante sobre el caos y las fuerzas del mal. Dos estatuas del faraón de 20 metros de altura vigilaban su templo funerario a orillas del Nilo, y por lo que el país había erigido monumentos a su propia divinidad. (Los colosos de Memon)
Su primera esposa fue Nefertiti quien era de una gran belleza y posiblemente tenía grandes dotes, pues con ella la figura de la Gran Esposa Real alcanzo parámetros nunca vistos.
También destaco la figura de Kiya, mencionada como “La amada esposa”, esposa secundaria de Ajenaton, quien muy probablemente haya cobrado relevancia por dotar de un hijo varon al rey, el príncipe Tut–anj–Aton, el futuro heredero y faraón Tut–Ankh–Amon porque cambio su nombre a favor de Amón nuevamente.
Empezó a reinar durante los años dorados del Imperio egipcio, hace casi 3.500 años. Egipto era el más rico y poderoso del mundo. Su ejército derrotaba a cualquier otro que lo enfrentara, sus cosechas eran abundantes y su población bien alimentada, sus suntuosos templos y palacios reales estaban colmados de tesoros y todos estaban convencidos que el éxitos se lo debían a sus dioses.
Entonces llega Akhenaton con ideas revolucionarias, es la primera vez que un faraón en miles de años proponía cambiar el panteón de los dioses egipcios, con uno solo, el creador de todo: el Sol o Aton, como se llamaba, la vida nacía del la luz solar, encarnada en Aton, lo que proponía era una herejía.
Sin embargo el faraón era un dios viviente y podía cambiar todo: la religión, la política, el arte y hasta el lenguaje.
Fue entones que decretó que los 2.000 dioses tradicionales que habían protegido a Egipto por desde su fundación quedaban eliminados.
Los dioses en formas animales y humanas fueron remplazados por un dios abstracto, el Sol que iluminaba con sus rayos al rey. Para los sacerdotes tradicionales, quienes habían dedicado sus vidas enteras a los antiguos dioses y habían sido extremadamente poderosos hasta entonces, fueron exiliados, Akhenaton empezó a ganarse muchos enemigos poderosos.
El siguiente anuncio de la pareja real fue igual de sorprendente, dejaron la antigua y sagrada cuidad de Tebas, el corazón de toda la nación, y se dirigirían hacia el norte por el rio Nilo en busca de una nueva utopía.
Era el quinto años de su reinado cuando dejaron Tebas y viajaron unos 320 kilómetros al norte, hasta llegar a la que en la actualidad es Amarna, donde construyeron una cuidad. En una roca, que todavía está en una de las lomas, está escrita una proclamación publica compuesta por Akhenaton que explica la razón que lo llevo escoger precisamente ese lugar.
Según dice, el gran dios les dijo “Construyan aquí”. El lugar está rodeado de lomas y en ciertos momentos del año el Sol sale entre una grieta creando la forma del Jeroglífico del horizonte. Y así lo hizo.
Miles de personas de la lejana Tebas fueron traídas para construir, decorar y administrar la nueva capital en la que llegaron a vivir más de 50.000 personas.
Excavaron pozo, plantaron árboles y jardines, el desierto árido floreció. Construyeron casa y palacios finamente decorados, así como el templo al dios único.
La visión de Akhenaton de una utopía religiosa se fue convirtiendo en una realidad.
La ciudad se llamo Ajetaton (que significa Horizonte de Aton) se volvió el corazón político y religioso de la nación, el centro de un nuevo culto.
Toda la ciudad de Akhetatón se puede considerar un reflejo de la expresión de la realeza, dado que durante el período amarniano se transformó en el más importante centro político y religioso del poder egipcio, diseñada con el fin de mostrar ese poder re–centralizado.
El acto de crear repite el acto cosmogónico por excelencia, ya que la creación del mundo, y en consecuencia de todo lo que es fundado, lo es en el centro del mundo, puesto que la creación misma se efectuó a partir de un centro (Eliade 1972:16). Por ello la fundación de Akhetatón es una recreación y a la vez un centro de orden divino, y como tal puede y debe considerarse como un espacio sagrado.
La intención de exaltar el poder por parte del faraón también aparece en la disposición de los edificios de la ciudad, en la arquitectura propia de los mismos, en la decoración de los palacios, templos y enterramientos y en la instalación de las estelas fronterizas que la demarcan. Además, es a través de estos rasgos que se puede analizar la relación del soberano y su familia con la deidad (uno de los puntos fuertes que hacen a la legitimidad de la reforma) y cómo se producen
Los templos tradicionales eran cerrados: al entrar al complejo, el piso se levantaba gradualmente, el techo caía y había muy poca luz.
El culto al Sol trajo santuarios al aire libre, algo que se hacía antes pero nunca a tan gran escala.
La ciudad posee un área con templos, palacios y residencias mientras que, a 11 kilómetros en dirección este, se localiza la necrópolis con un Valle Real y un Valle de Nobles, como se observa en la figura 2. El paisaje de la ribera este se puede dividir entonces de dos formas: entre un sector para los vivos (residencial, administrativa y ritual) y otro para los muertos (necrópolis), y entre un sector residencial y otro administrativo y ritual.
Akhenaton había logrado establecer una nueva ciudad, un paraíso religioso en el desierto.
Por otra parte, la división entre un área administrativa y otra residencial, tiene que ver con la diferenciación entre el centro de la ciudad, dedicado a la administración y a los rituales religiosos y los palacios residenciales de la familia real, separando a la realeza del común de los habitantes de la ciudad.
A cada construcción relacionada con la realeza o el culto a Atón en Akhetatón se le dio una ubicación premeditada, congruente con su rol simbólico y funcional como edificio, que además debía encuadrarse con la planta urbana como totalidad cósmica: la vía procesional, conocida como “camino real”, ordenaba el recorrido del faraón, lo sacralizaba y a su vez dividía los sectores de la ciudad diferenciándolos. Este camino de 2.5 kilómetros era la espina dorsal del asentamiento, una ruta que la atravesaba de norte a sur, uniendo el Palacio de la Ribera Norte con la ciudad central, y era recorrida por Akhenatón y su familia en contextos de desfiles y paseos como parte de exhibiciones.
En ocasiones, su desplazamiento se iniciaba en el Palacio de la Ribera Norte (residencia posible de Akhenatón), pasaba por el Palacio Norte y el suburbio norte, para luego entrar en la ciudad central, detallada en la figura 4, en la que se encontraban el Gran Palacio, el Gran Templo de Atón (o Casa de Atón) y el Pequeño Templo de Atón (o Mansión de Atón), donde el faraón cumplía tareas rituales y administrativas.
Se había declarado hijo del Dios y parecía que su revolución religiosa era exitosa. Pero de repente todo empezó a derrumbarse, sus súbditos, incluso los que vivían en la cuidad, realmente no habían abandonado a sus dioses y el faraón se entero de su traición. Entonces ordeno buscar todas las imágenes de los antiguas dioses y destruirlas, y envió a los soldados a o borrar la memoria de los antiguos dioses especialmente el nombre de Amón–Ra de toda la tierra de Egipto.
Es periodo se lo conoce como herético, con la revolución religiosa de Akhenaton, surgen ahora muchos interrogantes, como por ejemplo cual era el origen de Nefertiti, esposa de Akhenaton, o quien fue realmente Semenkhkare, el corregente sucesor del Faraón hereje.
Ubicación de los edificios de la ciudad central.
(1) Gran templo de Atón. Santuario;
(2) Pequeño Templo de Atón;
(3) Gran palacio. Sala del trono;
(4) Casa del Rey. Vigilancia y administración;
(5) Casa de la correspondencia;
(6) Cuartel militar.
Al lado del Gran Templo se ubicaban almacenes para ofrendas y al lado delGran Palacio tierras para templos y altares.
El hecho de que el clero de Amón, al recuperar el poder y destruir todo rastro del paso por la tierra de la herejía de Akhenaton, ha cubierto con un denso velo, esta fascinante etapa de la historia del Egipto faraónico.
Dee saca un libro de su maletín y comienza a relatar:
En el año 1985, el escritor egipcio Naguib Mahfuz (1911–2006), escribió la novela histórica “Akhenaton”, por este trabajo obtuvo en 1988 el Premio Nobel de Literatura llegando a ser el primer escritor en lengua árabe en lograr tan importante galardón.
La obra se sitúa en los años posteriores a la caída de Akhenaton y antes de la muerte de la bella Nefertiti, probablemente en 1330 a.C.
En su opinión, la reina madre fue la principal responsable de que desde la niñez su hijo Amenhotep IV, se educara en la religión de Aton. Cuando todo el imperio adoraba a Amón.
Tiye era Nubia de origen humilde, que llego a compartir el trono por su casamiento con el faraón Amenhotep III. Se caracterizo por ser una mujer fuerte, inteligente y astuta. Tenía además mucho poder y empezó a interesarse cada vez más por aumentar los estudios religiosos, incorporando el culto de otros dioses, en especial el referido al nuevo dios en el que ella creía por motivos políticos:”Amón es el señor de los dioses de Egipto y un símbolo de poder y quizás de la derrota para los súbditos del imperio. En cambio Aton, es el dios del sol que brilla en todas partes y al que pueden dirigir todas las criaturas sin menoscabo”.
Después tendremos que hablar indefectiblemente de los dioses de Egipto.
Continúa con el libro de Mahfuz: Pero el asunto, asegura, fue más allá el mero interés por otras religiones y se transformó en una nueva forma de la lucha por el poder. La reina, para fortalecer el trono, buscaba incorporar a los sacerdotes de otras regiones y ponerlos al mismo nivel que Tebas. De este modo, limitaba la gran influencia que ellos tenían, puesto que la gente los consideraba siervos de los dioses y del pueblo, maestros, médicos, guías en la religión y en el más allá. La avidez por el poder la llevo entonces a utilizar la religión con finura y astucia para lograr que el rey fuera prescindiendo de los sacerdotes.
Entre las criticas que hace, relata que cuando murió su padre Akhenaton se hizo coronar en un explanada dedicada a este dios y luego empezó a construirle un templo en Tebas la ciudad sagrada de Aton. Más tarde, empezó a divulgar la nueva religión entre sus hombre para elegir a sus colaboradores entre los más adeptos. Estos llegaron a profesar la nueva creencia por distintas razones, pero al parecer solo tenían un objetivo claro, realizar sus ambiciones personarles de poder a costa de la fe.
Poco a poco, agrega, el poder del rey empezó a debilitarse en Tebas y durante una fiesta de Amon hubo muestras evidentes de que el descontento aumentaba. Fue así como el soberano decidió construir una nueva ciudad dedicada al dios Aton y refugiarse en ella con sus seguidores. Fue ahí cuando cambio su nombre de Amonhotep IV en Akhenaton “el que vive en la verdad”.
Los sacerdotes, explica, lo obligaron a emigrar junto a ochenta mil herejes a Amarna, y así ellos quedaron con las manos libres para emprender la batalla sagrada entre Amón y Aton.
Enterado de su debilidad frente a los sacerdotes de Amón, mando cerrar todos los templos de este dios y confisco sus bienes e hizo expulsar a sus sacerdotes, como muestra exagerada de su fuerza.
Luego inicio el viaje por todo el territorio para atraer a sus súbditos a la impiedad. De este modo, el pueblo se dividió entre los seguidores de los dioses de Amón y los seguidores de Aton.
Para otros la religión de Egipto para de ser politeísta a monoteísta, como los judíos.
Pero la bonanza que Egipto había disfrutado por tanto tiempo se estanco: los mercados empezaron a quedar vacios, las mercaderías ya no se vendían y los esclavos pasaban hambre.
A fin de evitar una guerra civil, los sacerdotes de Amón, atreves de intermediario, exigieron a Akhenaton restablecer la libertad de culto y enviar ejércitos para defender las fronteras, ya que los enemigos comenzaron a no reconocer las fronteras y invadirlas, pero él no acepto.
Luego señala que pidieron la renuncia al trono permitiéndole a cambio poder conservar su religión e incluso hacer proselitismo. También se negó a esta alternativa y como respuesta nombro a su hermano Samankhara como corregente. Los sacerdotes ignoraron esta designación y, por su lado, designaron a Tutankhamon para sucederlo. Un joven a quien si podían manipular. Los hombres de confianza lo abandonaron, dejaron Amarna y volvieron a Tebas y juraron lealtad al nuevo faraón.
Así termino el reinado, sin guerra ni destrucción. Los Templos volvieron a abrir sus puertas y los fieles pudieron acudir a ellos con libertad, después del largo periodo de prohibición. El Rey hereje en tanto enfermo y murió desolado junto a la reina Nefertiti sufriendo la soledad y el destierro.
El sacerdote de Amón entrega esta descripción final de Akenaton:” No era ni hombre ni mujer. Era débil hasta el límite de odiar a los fuertes, fueron hombre, sacerdotes o dioses. Se invento un dios a su imagen y semejanza, débil y femenino, padre y madre a la vez y le atribuyo una sola función: el amor. Su culto era el baile, el canto y la bebida. Se hundió en la estupidez olvidando sus obligaciones reales, mientras los mejores hombres del imperio caían ante el enemigo, pidiendo ayuda si recibirla. El imperio finalmente se perdió, Egipto quedo destruido, con sus templos vacios y sus gentes hambrientas. Ese fue el Hereje, el que se hizo llamara Akhenaton”.
“¡Duras las palabras de este sacerdote!”, comenta Lein. ¿Fue tan así?, y ¿Que esperarías que dijera un enemigo del rey?, responde Dee. Eso nunca lo sabremos.
Veamos la versión de Ay, consejero real:
Amenhotep III y la reina Tiye lo nombraron encargado de la educación de sus hijos. Es asi como empezó a ser el maestro del príncipe heredero, cuando este teia solamente seis años. Con la autoridad que le daba el haber sido el preceptor real, hace notar la gran inteligencia y sensibilidad que el joven heredero poseía, opinión en la que coinciden varios escritores.
En cuanto a Tiye, relata que pertenecida a una noble familia Nubia, y que con sus sabiduría y energía sobrepasaba a la misma Hatshepsut. La reina junto madre, junto a Amenhotep III, supo conducir la política de forma consciente y mesurada, sin embrago el hijo creció a ciegas y dedico su reinado a la nueva fe hasta el extremo de sacrificar a su pueblo, al imperio y el trono. Los sacerdotes de Amón, lo acusaron de ser la primera persona responsable de que Akhenaton desviara su creencia en Amón.
En cuanto a la cuidad de Tebas, cuanta que Akhenaton no creía que era una ciudad sagrada, sino un antro de comerciantes ambiciosos, libertinos y prostitutas. En relación a los sacerdotes, pensaba que pedían a los pobres una parte de sus limitados ingresos, los que seducían a las jóvenes bajo la excusa de bendecirlas y quienes convertían los templos en centros pendencia y corrupción. Y que aunque esta casta sacerdotal, como acontecía, constituyera el fundamento mas solido del trono, un poder basado en estas mentiras y artimañas le parecían indigno.
Del mismo modo, se oponía a Amón por considerarlo el dios de los sacerdotes, mientras que Aton era el sol que ofrece sus rayos a todos de igual forma.
El relato de Ay, destaca que Akhenaton durante su reinado disminuyo sus impuestos y utilizo el amor en lugar del castigo. Pero al mismo tiempo su relación con los sacerdotes de Amon se fue empeorando hasta el punto en que ordeno que se construyera una ciudad consagrada al dios único. En la nueva capital, durante un tiempo se vivió una época de felicidad y el corazón de todos se abrió a la nueva fe. Sin embargo, el rey de dedico por entero a su misión y en nombre de la paz, del amor y la alegría emprendió la guerra más desbastadora conocida en la historia de Egipto. “No tardo en hacer cerrar los templos. Desterró a los dioses e hizo borrar sus nombres de las lapidas. Incluso cambio su nombre y emprendió sus famosos viajes por todo el país para hacer proselitismo a favor de su religión, la religión del amor, de la paz y la alegría, en todas partes era recibido con entusiasmo y amor”.
Luego menciona los hechos del nombramiento de su hijo Tutankhaton como rey a quien llamaron Tutankhamon en referencia al dios Amón. Ante la gravedad de estos hechos todos sus colaboradores le abandonaron y dejaron la cuidad de Amarna, solo quedo Akhenaton desolado junto a la reina Nefertiti y un gripo de esclavos y vigilantes. La enfermedad no tardo en apoderarse de su cuerpo.
“Esta es la historia de Akhenaton, a quien hoy maldicen y llaman hereje. Sin minimizar los hechos que cayeron sobre el pueblo por su causa, pues perdió el trono y el imperio. Sin embargo debo confesar que no puedo borrar de mi corazón el amor y la admiración por el. Dejemos la sentencia final para el tribunal de Osiris, juez del mundo eterno.”
La versión de Horemheb jefe de la guardia real, y hombre de confianza del Akhenaton que mantuvo su cargo durante el reinado de Tutankhamon, le encargaron terminar con la corrupción en el país y restituir la paz en las provincias y en ambas misiones tuvo éxito. Hasta el gran sacerdote de Amón había dado testimonio en su favor, apoyando también por el sabio Ay que había sido considerado un héroe en la gran crisis vivida.
Había sido compañero de la infancia y amigo del rey antes de ser nombrado en este cargo de confianza y afirma: “Desde que le conocí has el instante del último saludos, no tuvo en la cabeza nada más que la fe en Aton y su religión.”
En relación a la nueva fe y a los contactos que establecía el rey con el pueblo para anunciar la buena nueva de amor, la alegría y la igualdad, Horemheb coincidió con las apreciaciones que tenía el sabio Ay.
Relata que cuando murió Amenhotep III y el príncipe heredero fue llamado a ocupar el trono, lo primero que hizo fue llamar a sus hombres para instruirlos en la religión de Aton, advirtiendo que quien quisiera colaborar en su gobierno debería profesar la fe única.
Según Horembed, los sacerdotes los despreciaron diciendo que era débil, culpando a la reina madre Tiye de inculcarle esas creencias y al apropia Nefertiti de obstinada. Pero esa imagen es falsa, asegura, pues todas las ideas surgieron de su cabeza.
Además con el hecho de trasladar la capital desde Tebas a Amarna o Akhenaton “el rey declaro la guerra a todos los reyes. Tuvimos días de victoria, felicidad y tranquilidad, seguí sus incursiones en regiones y vi con que fascinación le recibían a las muchedumbres.”
Y cuando al final sobrevino lo inevitable, prosigue “Rompimos nuestra fidelidad hacia un hombre que no pensaba más que en el amor. Su locura le había dibujado un sueño extraordinario que pretendía que compartiéramos en su felicidad imaginaria..., jure mi lealtad al nuevo rey Tutankhamon y las tinieblas se cernieron sobre el mayor drama que encendió el corazón de Egipto. Mira lo que hizo aquel loco con la gloria de nuestra noble y antigua tierra.”
Horemheb termina la narración diciendo que Akhenaton no pudo superar esta gran derrota y que cuando sintió que su dios los había abandonado, su fe quedo muy afectada, se enfermo y murió.
Naguib Mahfuz nos presenta a Akhenaton como “el que vive en la verdad”, de acuerdo al título original de su novela. En su obra demuestra que el desempeño que tuvo durante su reinado, corresponde al de un sacerdote intransigente, imbuido de una profunda fe, que pretende transformarse en el único intermediario entre el pueblo y su dios único. Y además está convencido de que su misión es anunciar y difundir la nueva religión, aunque esta convicción le acarree graves problemas en otros ámbitos de la competencia de su cargo.
Si él vivió en la verdad de su fe, no podía estar interesado en lo político, en lo social y en lo militar. Fue consecuente hasta el final y no transo en sus creencias ni en su forma de actuar, porque tenía un gran anhelo: que todos vivieran en la verdad.
Anne sorprendida por este relato histórico del faraón, pregunta ¿Qué enfermedad acabo con su vida?
Después de examinar el retrato de Akhenaton, llegaron a la conclusión de que padecía dos enfermedades, padecía el síndrome de Marfan, que se caracteriza por dotar al enfermo de rostro delgado y ojos achinados, dedos de manos y pies muy finos y largos, además de desajustes cardiacos.
Otra enfermedad del faraón podía ser la que se llama lipodistrofia muscular, los signos más visibles son la desaparición de la grasa corporal de la cintura para arriba y acumulación de grasa de cintura para abajo. Si esto era así en el caso de Akenaton su aspecto físico se apartaba del canon de belleza y debió traumático para él, posiblemente esto causo su respuesta tardía a cambiar de lugar de residencia para no ser causa de burla. Como probablemente sufriera de niño u adolescente.
En la sala dedicada él en, el Museo del Cairo, vemos distintas estatuas de él con estas características.
El estilo Amarna se caracterizo por el movimiento de figuras de proporciones mas exageradas, con manos y pies alargados. Las representaciones de Akhenaton durante este tiempo le otorgan claramente femeninos con caderas anchas y senos prominentes.
Volvamos para ayudarnos a las listas reales. La Lista real de Abydos, recoge todos los reyes desde Menes hasta Ramsés II. Sin embargo, Salta las tres décadas que duro los que los sacerdotes consideran época herética, esto es, los reinados de Akhenaton, Semenkhkarem Tutankhamon y Ay. De nada valió al Faraón Niño restablecer el culto a Amón, proyecto que las evidencias históricas parecen señalar ya durante los meses del reinado en solitario de Semenkhkare. La damnatio memoriae,es decir, el “borrado de recuerdo” de su nombre y su obras fue implacable con estos faraones, cuya memoria se perdió para siempre hasta que los arqueólogos la recuperaron hace poco más de un siglo. Las dudas alcanzan a tal punto que no pocos investigadores, ante la falta de pruebas o de una hipótesis de trabajo mejor, han concluido que Semenkhkara que acompaño en el trono a Akhenaton durante apenas dos años, y que debió de gobernar en solitario unos meses después, podría ser incluso la propia reina Nefertiti, desaparecida de las faz de la tierra poco años antes, poco antes del duodécimo año del reinado del Faraón Hereje, quien finalmente gobernó diecisiete.
La ambigüedad sexual del arte de Amarna lleva a este tipo de hipótesis. Cuando a principios de 1880 aparecieron las primeras tumbas reales de la necrópolis de Akhenaton, los arqueólogos pensaron que la representación de la pareja real que había sobre los relieves a sazón Akhenaton y Nefertiti, estaban formadas en realidad por dos mujeres. No deja de ser curioso que muchos de estos relieves Nefertiti aparezca con los símbolos reales típicos de un varón.
Pero como parecía algo increíble, entonces se pensó que la otra persona no era Nefertiti sino Semenkhkare, posible hijo de Akhenaton con un a esposa secundaria, quizás Kiya. Es posible que Semenkhakre fuera corregente junto a su padre igual que hizo este con Amenofis III.
Pero el problema ahora es si realmente es Semenkhkare quien aparece en los relieves junto al Faraón Hereje ¿Qué hace este acariciando a su corregente en posturas un tanto comprometidas? Lógicamente, la explicación está en el amaneramiento del arte de Amarna, desafinado y sofisticado, si lo comparamos con la iconografía tradicional vista hasta ese momento en el arte egipcio.
De Semenkh Ka Ra (Semenkhkare) no sabemos casi nada. Estaba casado con Meritaton, hija de Akhenaton, quien quizás fuera también su propia hermana. Es muy posible que al desaparecer Nefertiti, Semenkhkare tomara su lugar, de ahí que aparezca en algunos relieves con los títulos que anteriormente había llevado la reina, circunstancia que hizo levantar las sospechas que ya he relatado antes. Esto explicaría que entre los títulos adoptados por Nsemenkhkare estuviera el de Neferneferaten, literalmente “Hermosos son los dones de Aton”, léase Nefertiti.
Cuando en 1907 el excéntrico abogado estadounidense Theodore Davis descubrió en el centro del Valle de los Reyes, a pocos metros de la tumba del Tutankhamon, la llamada KV55 con restos de un enterramiento correspondiente a la época de Amarna, muchos se aventuraron a decir que la persona allá enterrada era el mismísimo Faraón Hereje, incluso los análisis de ADN de los restos óseos realizados por el gobierno egipcio hace pocos años, lanzaron a los cuatro vientos que aquella momia se correspondía con la figura del padre de Tutankhamon y por, aunque no haya ninguna prueba que así lo demuestre, con los de Akhenaton. No obstante destalles como la edad, de la persona echan por tierra este hallazgo ya que tendría unos 25 años y Akhenaton por lo menos 40. ¿Es la momia de la KV55 la de Semenkhkare, el misterioso soberano de la época de Amarna?
El llamado “cazador de tesoros” Davis junto a Russell Ayrton descubrieron un pozo, hoy conocido como KV–54 en donde hallaron restos pertenecientes a un rey llamado Tutankhamon, un pequeño faraón del cual no se conocía mucho y Davis dio por hecho que había halladla la tumba de dicho rey.
Unos días después y cerca del pozo hallado, un 6 de enero de 1907 se encontraron con otro acceso similar a una tumba, aparecieron los primeros escalones y luego una puerta sellada con los ya conocidos sellos de la necrópolis, el chacal con nueve cautivos (el sello de la Necrópolis Real de Tebas) luego de abrir la puerta había un corredor inclinado, con muchos escombros, en apariencia, los constructores de la tumba del faraón Ramsés IX se encontraron con encima de esta y derribaron el techo, al haber encontrado la misma con los sellos oficiales, indicaría que guardianes de tumbas volvieron a sella en algún momento. Todo estaba desordenado, paneles de madera con oro con la imagen de la reina Tiye. Al seguir por el corredor llegaron a la cámara, muy pequeña y con muchas filtraciones de agua, no había decoraciones en las paredes, aparecieron mas objetos pertenecientes a la reina, 4 vasos canopos de una mujer, los 4 ladrillos mágico ubicados hacia los puntos cardinales, una cámara fúnebre con cabezas de león y arriba un féretro en muy mal estado debido a la humedad, el ataúd tirado en el piso con la tapa caída y un cuerpo.
El rostro parecía ser la de una mujer y en apariencia se le había añadido una falsa barba y la cobra, el símbolo de los reyes, la máscara de oro rota casi en su totalidad, pero lo más enigmático era que el nombre del difunto había sido arrancado para ocultar su identidad, solamente quedaba la forma de un cartucho en madera, el oro con su nombre ya no estaba en su lugar, los escritos originales aparentaban ser de una mujer.
En el lugar no se encontró ningún sarcófago, la momia estaba en muy mala condición sus vendas aun permanecían en el cuerpo, pero nuevamente descubrieron que en el lugar donde debería estar grabado el nombre había sido borrado. Sobre la momia había un pectoral con forma de buitre, brazaletes, colgantes, todo en oro pero sin nombre.
La posición del cuerpo pertenecía a un entierro real femenino de la dinastía XVIII, el brazo derecho a lo largo y el izquierdo sobre el pecho, Davis seguía pensando que era la tumba de la reina Tiye y nuevamente se apresuro a informar el descubrimiento.
Los primeros estudios decían que el cuerpo era el de un hombre joven, lo que daba por el piso con algunos que pensaban que era Akhenaton. Se encontraron sellos del faraón Tutankhamon, se pensaba que el rey había sellado la tumba, los 4 ladrillos, agicos pertenecían al rey Akhenaton, los vasos canopos con rostro de una mujer y con su nombre borrado habían sido identificados como los de Kiya, una de las esposas del faraon Akenaton. Distintos objetos nombran a Amenhotep III padre de Akhenaton, restos de una capilla de la reina Tiye junto a otra persona “borrada” de la escena, muy posiblemente se trataba de Akhenaton.
Hasta la actualidad, la KV–55 plantea las dudas, el cuerpo hallado en el interior, primero era femenino y de la reina Tiye, luego dijeron que era varón y se descartaba a Kiya, el féretro era para una mujer, aunque el ureus correspondería a un rey, apareció la idea que fuese Smenakare, el sucesor de desconocido del rey hereje.
Algunos piensan que la tumba se abrio al construir otra cerca en época de Ramses IX y que si pertenecía a Tiye y a su hijo Akhenaton, los mismos borraron al faraón de la tumba y arrancaron la máscara para eliminar su identidad, prácticamente lo condenaron a permanecer en la otra vida.
Se piensa que el rey Tutankhamon traslado los cuerpos de sus parientes al lugar, coloco los vasos canopes de Kiya su madre, el féretro de Nefertiti su madrastra o también el Tiye su abuela y cerro el escondite que luego por causalidad fue encontrado en época Ramesida.
De los textos escritos en el ataúd, se pido leer: “Puedo respirar el dulce aire que sale de tu boca y contemplar tu belleza diariamente. Puedo escuchar tu dulce voz en el viento del norte, puede crecer mi cuerpo lleno de vida con tu amor. Majestad, he nacido de tus dos manos, y yo recibo el sustento que me das, vino gracias a él, Majestad, tu siempre pronuncias mi nombre y mi nombre nunca ha de faltar en tus labios”.
Los estudios del texto afirman que se trataría de una mujer cercana al faraón Akhenaton, algunos piensan en Kiya, en Nefertiti o en su hija Meritaton o al misterioso Smenkhare. Lo extraño, en el caso de ser Kiya, es que la máscara tiene la barba de faraón, pero también que puede ser que luego de los saqueos se sabe que muchas momias fueron colocadas en otros sarcófagos.
La opinión generalizada es, que la tumba o escondite se utilizo para aprovecharla y ante alguna urgencia fue utilizada, basta recordar también el caso de la KV62 que debía ser del noble Ay, quien al morir Tutankhamon, lo enterró en ella y al autoproclamarse faraón, se quedo también con la tumba de rey.
Se piensa que en algún momento , el cuerpo de la reina Tiye fue trasladado de su tumba original a la KV 55 y luego hasta otra tumba o escondite real, algunos a la KV 35, y debido a las filtraciones y escombros, se olvidado de trasladar esta ultima momia.
Entonces las hipótesis era el cuerpo de Akhenaton, Semenkhare, Kiya, Nefertiti y hasta Tiye.
Según los comentarios de los arqueólogos que habían visto el cuerpo, dicen que tenía el brazo a lo largo del cuerpo (posición de una reina), el caso de los reyes llevaban los brazos cruzados en el pecho. Entonces seria de un a reina pero la barba seria de una reina en función de faraón, la unica seria entonces Nefertiti. No sería Semenkhara o si, si ella era el nombre que adopto Nefertiti a la muerte de Akhenaton. Tiye y Kiya no tendrían barba real porque no ocuparon el puesto de faraón.
Pero para mas intrigas, Davis pensaba que había descubierto la tumba de Tiye y que el rostro de los vasos canopos le pertenecían, además que el nombre de Tiye aparecía en el féretro, el socio Weigal decía que era la momia de Akhenaton, y que había sido traída desde la ciudad Akhetaton en Amarna, hasta Tebas por el mismo Tutankhamon, para resguardarla de la destrucción, el creía en eso porque el cartucho de Tiye seguía grabado al contrario del cartucho central del ataúd, el cartucho del nombre de la momia.
Un examen dijo que el cuerpo era de una mujer joven (kiya), pero un segundo examen en El Cairo dijeron que era de un hombre de unos 25 años de edad (Semenkhare hermano de Tutankhamon). La edad entonces descarta a Akhenaton y a Nefertiti, por eso se la conoce como la Tumba de la mujer joven. Pero si después de roba la tumba colocaron otra momia el ataúd las cosas cambian.