Noches de adrenalina

© Carmen Ollé, 1981

© Grupo Editorial Peisas.a.c., 2014

Jr. Emilio Althaus 460, of. 202, Lince, Perú

editor@peisa.com.pe

Composición y diagramación:

Peisa

Tiraje: 1 500 ejemplares

Primera edición, 1981

Segunda edición, 1992

Tercera edición, 1994

Cuarta edición, noviembre de 2014

ISBN edición impresa: 978-612-305-060-3

ISBN edición digital: 978-612-305-159-4

Registro de Proyecto Editorial N.o31501311401134

Hecho el Depósito Legal

en la Biblioteca Nacional del Perú N.o2014-16840

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com

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Miraflores, Lima 18

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Noches de adrenalina

Tener 30 años no cambia nada salvo aproximarse al ataque

cardíaco o al vaciado uterino. Dolencias al margen

nuestros intestinos fluyen y cambian del ser a la nada.

He vuelto a despertar en Lima a ser una mujer que va

midiendo su talle en las vitrinas como muchas preocupada

por el vaivén de su culo transparente.

Lima es una ciudad como yo una utopía de mujer.

Son millas las que me separan de Lima reducidas a solo

24 horas de avión como una vida se reduce a una sola

crema o a una sola visión del paraíso.

¿Por qué describo este placer agrio al amanecer?

Tengo 30 años (la edad del stress).

Mi vagina se llena de hongos como consecuencia del

primer parto.

Este verano se repleta de espaldas tostadas en el

Mediterráneo.

El color del mar es tan verde como mi lírica

verde de bella subdesarrollada.

¿Por qué el psicoanálisis olvida el problema de ser o no ser

gorda / pequeña / imberbe / velluda / transparente

raquítica / ojerosa...?

Del botín que es la cultura me pregunto por el destino

¿Por qué Genet y no Sarrazine?

o Cohn Bendit / Dutschke / Ulrike

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Carmen Ollé

y no las pequeñas militantes que iluminaban mis aburridas

clases en la U

elsa margarita sira

Marx aromaba en sus carteras como retamas frescas

qué bellas están ahora calladas y marchitas.

No conozco la teoría del reflejo. Fui masoquista

a solas gozadora del llanto en el espejo del WC

antes de que La muerte de la familianos diera el alcance

La desnudez de los senos, la obscenidad del

sexo, tienen la virtud de operar aquello con

lo que de niña, no has podido más que soñar,

sin poder hacer nada

Bataille

Margarita Elsa Sira se perdían en la avenida Venezuela

y colocaban carteles en la noche sobre paredes musgosas.

De día interrumpían las clases de metafísica con rabia

y aplaudíamos esos cabellos sudorosos y negros sobre

la espalda.

El que más se lava es el que más apesta como los buenos

olores son testimonio de una mala conciencia

como el grito es la figura de la timidez.

HOTELESde Lima

en ellos la ciudad se pulveriza mediante el silencio

inventor de palabras y como la lluvia que ahora cae

sobre Menorca son solo INSTANTES!

Losas empotradas en paredes metálicas sin luz

estudiantes = habitaciones inmundas