Elogios para Prepararlos Para Pastorear
La iglesia posee una responsabilidad única de identificar líderes entre el pueblo de Dios y equiparlos para el ministerio entre todas las naciones. Mientras el Espíritu Santo es responsable de apartar a los hombres para el ministerio, la comunidad local de fe es responsable ante Dios de entrenarlos y enviarlos de manera que glorifiquen a Cristo. Estoy agradecido con Brian Croft por este recurso inmensamente útil, completamente bíblico y extremadamente práctico que será de gran utilidad para aquellos llamados por Dios, para sus pastores, y para sus iglesias.
David Platt, pastor principal de la Iglesia de Brook Hills, Birmingham, Alabama, y autor de Radical
Vivimos en un mundo individualista donde las experiencias subjetivas y privadas a menudo se consideran indiscutibles. Si alguien afirma que ha sido llamado al ministerio, ¿quiénes somos nosotros para cuestionarlo? Sin embargo, Brian Croft demuestra que todo llamado interno al ministerio debe estar acompañado de un llamado externo. El pueblo de Dios, la iglesia de Jesucristo, debe desempeñar un papel importante al evaluar si alguien es llamado al ministerio. En ese sentido, Prepararlos Para Pastorear tiene fundamentos bíblicos y está lleno de sabios consejos pastorales. De manera que, yo lo recomiendo con mucho entusiasmo.
Thomas R. Schreiner, Profesor James Buchanan Harrison de Interpretación del Nuevo Testamento en el Southern Baptist Theological Seminary
Brian Croft ama al Salvador, y ama a la iglesia. Eso se puede notar en cada página de este libro. Para aquellos a quienes les preocupa que la cosecha sea abundante y quieren que el Señor de la mies envíe obreros, este libro les ayudará a asegurarse de que los obreros estén a la altura de sus salarios. Croft nos dice qué es lo que debemos buscar y cómo debemos cultivarlo una vez que lo encontremos.
Thabiti Anyabwile, pastor principal de la First Baptist Church, en Gran Caimán, y autor de Miembro Saludable de la Iglesia, ¿Qué significa?
El pastor Croft ha llevado a su iglesia a desarrollar un enfoque intencional para evaluar el sentido del llamado de un hombre. Si tienes responsabilidades de liderazgo espiritual en tu iglesia local, querrás tener este libro, ya que te será útil cada vez que un hombre declare que siente el llamado de Dios al ministerio.
Donald Whitney, profesor asociado de espiritualidad bíblica en el Southern Baptist Theological Seminary
Lo que Brian Croft ha escrito ayudará a los pastores, iglesias, profesores de seminario y estudiantes a incluir un paso importante, que a menudo se omite, en el viaje de un hombre que va desde un misterioso llamado al ministerio hasta el llamado de una congregación local para convertirse en pastor. Los líderes vocacionales y laicos deben tener este libro a la mano cuando un hombre profese un llamado interno al ministerio.
Eric C. Redmond, asistente pastoral ejecutivo y profesor residente de Biblia en la Iglesia Bautista New Canaan, Washington, DC.
Cuando Pablo les escribió a los Gálatas, esperaba que esas iglesias pudieran discernir si el verdadero evangelio estaba siendo predicado o si lo que estaban escuchando era otro evangelio; ¡incluso si el predicador era el mismo Pablo o un ángel del cielo! Brian Croft llama a las iglesias a asumir responsabilidades que Pablo esperaba que ejercieran, y a los pastores los llama a hacer el tipo de trabajo que Pablo les encargó a Timoteo y Tito.
Jim Hamilton, profesor asociado de teología bíblica en el Southern Baptist Theological Seminary y pastor principal de Kenwood Baptist Church
En Prepararlos Para Pastorear, Brian Croft proporciona un discernimiento bíblico muy necesario para los pastores ordinarios como yo. Pastor, lee esto para el beneficio de tu alma. Léelo para equipar a tu iglesia. Léelo para quedar asombrado por el hecho de estar sirviendo al Príncipe de los pastores.
Brian Chesemore, pastor de Sovereign Grace Church, Louisville, Kentucky
Brian Croft ha contribuido positivamente al llamado de las iglesias locales para que vuelvan a hacerse cargo del discipulado pastoral. Prepararlos Para Pastorear te aportará mucha claridad con respecto a la gran confusión que se ha producido en los últimos años.
Eric Bancroft, pastor principal de Castleview Baptist Church, Indianápolis, Indiana
Brian Croft destaca la responsabilidad de la iglesia de llamar y confirmar a los individuos que reclaman una atracción personal y divina al ministerio. Esto socava el sentido altamente individualista del llamado que la gente expresa hoy en día, que se considera como inmune a la evaluación o la crítica. Este libro cambiará la forma en que nosotros, como cuerpo de Cristo, confirmamos el ministerio pastoral de los individuos.
D. Jeffrey Mooney, pastor principal de First Baptist Church, Norco, California, y profesor asistente de Estudios Cristianos en California Baptist University
Publicaciones Faro de Gracia
P.O. Box 1043
Graham, NC 27253
www.farodegracia.org
ISBN 978-1-629462-90-5
Originally published in English in the U.S.A. under the title:
Prepare them to shepherd: test, train, affirm, and send the next genaration of pastors.
Copyright © 2014 by Brian Croft and Phil Newton.
Previously published in 2011 by Day One Publications under the same title. Spanish edition © 2021 by Publicaciones Faro de Gracia with permission of Zondervan, 3900 Sparks Dr. SE, Grand Rapids, Michigan 49546. All rights reserved. Represented by Tyndale House Publishers, Inc.
©2021 Publicaciones Faro de Gracia. Traducción al español realizada por Victor Velasco; edición de texto, diseño de la portada y las páginas por Benjamin Hernandez. Todos los Derechos Reservados.
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro— excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.
©Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina–Valera ©1960, Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas, a menos que sea notado como otra versión. Utilizado con permiso.
A mi hermano, Scott, que fue el
primero en desafiarme a buscar y
valorar el llamado externo
Contenido
Prólogo
INTRODUCCIÓN
Capítulo 1 – LLAMADO: ¿A QUÉ ES LLAMADO UN PASTOR?
Capítulo 2 – RESPONSABILIDAD: ¿QUIÉN ES RESPONSABLE DEL LLAMADO?
Capítulo 3 – CUALIFICACIÓN: ¿QUIÉN PUEDE RECIBIR EL LLAMADO?
Capítulo 4 – EXPECTATIVA: ¿QUIÉN HACE EL LLAMADO?
Capítulo 5 – APLICACIÓN: ¿CÓMO PROCEDER EN EL LLAMADO?
Capítulo 6 – FIDELIDAD: ¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO CON ESTE LLAMADO?
CONCLUSIÓN
Agradecimientos
Apéndice 1: Formato de pasantía pastoral
Apéndice 2: Evaluación de la revisión del servicio
Apéndice 3: “El llamado externo”: un sermón predicado en la Auburndale Baptist Church, Louisville, Kentucky, el 14 de diciembre de 2018
¿Te ha llamado Dios al ministerio? Aunque todos los cristianos son llamados a servir a la causa de Cristo, Dios llama a ciertas personas a servir a la iglesia como pastores y ministros. En su carta al joven Timoteo, el apóstol Pablo confirmó que, si un hombre aspira a ser pastor, “buena obra desea hacer” (1 Timoteo 3:1 LBLA). De la misma manera, es un gran honor ser llamado por Dios al ministerio de la iglesia. Así que, ¿cómo puedes saber si Dios te está llamando?
En primer lugar, existe un llamado interno. A través de su Espíritu, Dios les habla a las personas que ha llamado a servir como pastores y ministros de Su iglesia. El gran reformador, Martín Lutero, describió este llamado interno como “la voz de Dios escuchada por la fe.” Aquellos a quienes Dios ha llamado conocen este llamado porque tienen un sentido de liderazgo, propósito y compromiso creciente.
Charles Spurgeon identificó la primera señal del llamado de Dios al ministerio como “un intenso y absorbente deseo por la obra”. Aquellos llamados por Dios sienten un creciente impulso por predicar y enseñar la palabra, y por ministrar al pueblo de Dios.
Este sentido de compulsión debe llevar al creyente a considerar si Dios puede estar llamándolo al ministerio. ¿Te ha dotado Dios con el deseo ferviente de predicar? ¿Te ha equipado con dones necesarios para el ministerio? ¿Amas la Palabra de Dios y te sientes llamado a enseñar? Cuando alguien buscaba el consejo de Spurgeon, él le recomendaba a la persona que, si le era posible resistir ese deseo, se abstuviera de predicar. “Pero”, agrega Spurgeon, “si no le es posible resistirlo, y siente que debe predicar o morir, entonces ése es el hombre indicado.” Ese sentido de urgencia es una de las marcas centrales de un llamado auténtico.
En segundo lugar, existe un llamado externo. Los bautistas creen que Dios usa a la congregación para “llamar a los llamados” al ministerio. La congregación debe evaluar y confirmar el llamado y los dones del creyente que se siente llamado al ministerio. Como familia de la fe, la congregación debe reconocer y celebrar los dones para el ministerio que se les da a sus miembros, y asumir la responsabilidad de animar a aquellos a quienes Dios ha atraído para responder a ese llamado con alegría y sumisión.
Sin embargo, en la actualidad, muchas personas piensan en una carrera profesional más que en un llamado. El cuestionamiento bíblico para “considerar tu llamado” debe abarcar desde el llamado a la salvación hasta el llamado al ministerio. John Newton, famoso por escribir el himno “Sublime Gracia”, una vez comentó que “nadie más que Aquel que formó el mundo es capaz de formar a un ministro del evangelio.” Sólo Dios puede llamar a un verdadero ministro, y sólo Él puede concederle los dones necesarios para el servicio. Pero la gran promesa de la Escritura es que Dios llama a los ministros, y presenta a estos siervos como regalos para la iglesia.
Un aspecto que es importante tratar en este contexto es el malentendido común acerca de la voluntad de Dios. Algunos ejemplos de piedad evangélica nos hacen pensar que la voluntad de Dios es algo difícil de aceptar. A veces hacemos que eso parezca todavía más confuso cuando hablamos en términos de “rendirnos” a la voluntad de Dios. Pero el apóstol Pablo en Romanos 12:2 aclara que la voluntad de Dios es buena, agradable, y perfecta. Aquellos que son llamados por Dios para predicar tendrán tanto el deseo de hacerlo, como los dones necesarios para la predicación. Además, el predicador llamado por Dios sentirá la misma compulsión que el gran apóstol, quien escribió: “¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9:16).
Así que, considera tu llamado. ¿Sientes que Dios te llama al ministerio, ya sea como pastor o como otro servidor de la iglesia? ¿Sientes el deseo ardiente de proclamar la Palabra, compartir el evangelio y cuidar del rebaño de Dios? ¿Este llamado ha sido confirmado y alentado por los cristianos que mejor te conocen?
En este nuevo e importante libro, Brian Croft presenta una audaz y bíblica comprensión del llamado al ministerio. A través de las siguientes páginas, Brian aclara muchos temas de confusión contemporánea, y su compromiso con la iglesia local asegura que su comprensión del llamado al ministerio nunca se separa del contexto del pueblo de Dios.
Pocos libros son más oportunos que este, y estoy agradecido con Brian Croft por su fiel y cuidadosa evaluación del llamado al ministerio.
R. Albert Mohler Jr., presidente del Southern Baptist Theological Seminary
AL PRINCIPIO DE MI MINISTERIO PASTORAL surgió una gran necesidad. La iglesia a la que servía experimentó un crecimiento constante en los primeros años, incluyendo la atracción de varios estudiantes de un seminario local. A medida que me relacionaba con estos jóvenes en el ministerio pastoral, descubrí que tenían muchas cualidades maravillosas. Cada uno de ellos amaba a Dios. Sus vidas habían sido transformadas por el evangelio. Amaban a la iglesia local. Cada uno de ellos sintió el llamado de Dios a seguir el ministerio ocupacional a tiempo completo. Y cada uno había tomado la decisión de inscribirse en el seminario con la expectativa de ser entrenado y equipado para la obra del ministerio pastoral.
Sin embargo, a medida que fui conociendo a estos jóvenes, también había algunos elementos comunes en sus historias que me preocupaban. La mayoría había llegado al seminario sin ningún tipo de confirmación corporativa por parte de la iglesia local. Al igual que la mayoría de los seminarios, como parte del proceso de admisión, la escuela a la que asistían requería una confirmación del llamado por parte de una iglesia local. No obstante, después de investigar, me enteré de que en la mayoría de los casos su confirmación eclesiástica no era más que una carta de aprobación para que asistieran a la escuela. Ninguno de ellos había experimentado una confirmación corporativa de sus dones para el ministerio. Ninguno de ellos había sido entrenado ni puesto a prueba por una iglesia local. Tenían el permiso para asistir, pero no tenían la confirmación ni el respaldo de un cuerpo local de creyentes.
También descubrí que estos estudiantes esperaban que el seminario se encargara de esta responsabilidad por ellos, ayudándoles a confirmar y prepararse para los retos y luchas del ministerio. Pero como Albert Mohler, presidente del Southern Baptist Theological Seminary, ha declarado en más de una ocasión, ese no es el papel o la responsabilidad de un seminario:
Creo enfáticamente que el mejor y más apropiado lugar para la educación y preparación de los pastores es la iglesia local. Deberíamos avergonzarnos de que las iglesias fracasen miserablemente en su responsabilidad de entrenar a los futuros pastores. Los pastores consolidados deberían avergonzarse si no están dedicándose a las vidas de los jóvenes que Dios ha llamado al ministerio de enseñanza y liderazgo de la iglesia.1
En otras palabras, los seminarios no son, ni deben considerarse, responsables de seleccionar, probar y confirmar los llamados ministeriales. De manera acertada, hay seminarios que consideran eso como el papel y la responsabilidad de la iglesia local. Así que, si los seminarios esperan que las iglesias locales hagan esto, y si las iglesias locales (y los estudiantes) pretenden que los seminarios se hagan cargo, ¿quién es realmente responsable (y en última instancia, responsable ante Dios) por todo esto? La falta de respuesta a estas preguntas esenciales ha ejercido una presión innecesaria sobre los seminarios y los institutos bíblicos, ha provocado una confusión generalizada entre los que buscan una vocación pastoral para el ministerio, y ha permitido que la iglesia local descuide su mandato divino de preparar a la próxima generación de pastores encargados de la grey de Dios.
Podría decirse que no hay un mejor trabajo acerca de la responsabilidad y acerca del proceso para evaluar el llamado de Dios que los escritos de Charles Bridges (1794 - 1869). En su libro The Christian Ministry [El Ministerio Cristiano], Bridges pone la responsabilidad de la determinación del llamado de una persona, tanto en la conciencia del individuo como en la de la iglesia local a la que ese hombre está comprometido. Bridges se refiere a estos dos aspectos del llamado como el llamado interno y el llamado externo de Dios:
El llamado externo es una comisión recibida y reconocida por la Iglesia (...) evidentemente, eso no cualifica al Ministro, pero sí lo acredita, y confirma que Dios lo ha cualificado interna y adecuadamente. Por lo tanto, este llamado indica únicamente la autoridad oficial. El llamado interno es la voz y el poder del Espíritu Santo, dirigiendo la voluntad y el juicio, y transmitiendo las cualificaciones personales. Sin embargo, ambos llamados (aunque sean esencialmente distintos en su carácter y fuente) son indispensables para el ejercicio de nuestra comisión.2
Bridges dice que un individuo debe recibir un llamado interno para saber que es verdaderamente llamado por Dios a servir en el ministerio. Este es un deseo dado por Dios para hacer la obra del ministerio, combinado con su propia convicción de que ha sido dotado y facultado por el Espíritu de Dios para hacer este trabajo.
Sin embargo, además del llamado interno, un individuo también debe poseer un llamado externo. Este llamado externo es la confirmación de una iglesia local de que posee los dones y el carácter piadoso adecuados para ser un ministro cristiano. En ese sentido, Bridges, Charles Spurgeon y muchos otros hombres piadosos, a quienes Dios usó en el pasado para preparar a los llamados al ministerio, todos están de acuerdo en que tanto el llamado interno como el externo son necesarios para que una persona entre a la obra del ministerio.
Desafortunadamente, muy pocos hombres hoy en día experimentan este tipo de llamado doble. Durante el último siglo, el papel de la iglesia local y la importancia del llamado externo han disminuido, y se podría argumentar que incluso la necesidad de un llamado interno es menos importante hoy en día, ya que la gente trata el ministerio pastoral como una mera elección de carrera profesional entre muchas otras. Necesitamos urgentemente recuperar la enseñanza bíblica acerca de estos asuntos, y esa es la razón por la que he escrito este corto libro.