BREVE HISTORIA
DEL MUNDO
BREVE HISTORIA
DEL MUNDO
Luis E. Íñigo Fernández
Cuando propuse al autor que acometiera la tarea de resumir la historia del ser humano, la historia, vaya, pues no hay otro conjunto de acontecimientos que tal nombre merezca, mi amigo Luis no dudó un momento. Sólo convinimos dos objetivos como horizonte del reto: uno de ellos caía por su propio peso, la brevedad, pues su nuevo libro iba a engrosar la categoría de esta colección, breve por antonomasia; más el otro tenía que ver con la intrínseca característica del título que queríamos que leyeras como ahora haces, querido lector.
¿A qué me refiero? A esa estomagante tendencia de explicar la historia del mundo, la historia, la del ser humano, como si no hubiera habido más seres humanos que los que hemos habitado, habitamos y habitaremos ese espectro genuinamente avanzado, dirigido al éxito del linaje humano, que es el mundo occidental. Occidente. En efecto, el segundo objetivo que debería de servir de faro permanente, de anclaje definitorio a este volumen, era que fuera una historia de las sociedades humanas, pero no sólo de las europeas y de aquellas que han ido constituyendo lo que ahora entendemos por Occidente. Quisimos que fuera una auténtica historia universal, mas no una historia al uso.
Y el autor, a mi juicio, lo ha conseguido. Lo ha logrado no sólo porque todo el globo terráqueo aparece interrelacionado en este acercamiento lúcido al transcurso de la especie humana por este planeta, sino porque, además, y no de una manera menos importante, se nos muestra como el espacio en el que ocurre una andadura prodigiosa a la que asistimos sabiendo los interrogantes esenciales y las respuestas más perentorias. Luis Íñigo lo verbaliza de forma contundente: «La división en capítulos no obedece tanto a criterios meramente cronológicos, propios de la historiografía tradicional, como a los grandes cambios que han ido marcando la evolución de las distintas civilizaciones, de modo que la obra responde en todo momento a preguntas del tipo de cómo, por qué y cuándo».
Pero es que, asimismo, como un rasgo que la diferencia de obras similares en su aspecto conceptual, esta breve historia del mundo «da prioridad a las masas sobre las élites, al pueblo llano sobre la aristocracia, a los gobernados sobre los gobernantes». Y no sólo eso, nos deja un enigma para acabar su lectura, el interrogante por antonomasia de nuestro tiempo: ¿será sostenible la prosperidad?
Nuevamente estamos ante un poderoso ejercicio de concienciación llevado a cabo utilizando una herramienta tan humana como es la historia, ahora con su acepción de disciplina para el conocimiento. Una vez más, sólo puedo dar las gracias a Luis por haber vuelto a dejarnos en la memoria el aroma esencial de nuestro devenir como especie sobre esta tierra tan humana, para lo bueno y para lo malo.
José Luis Ibáñez Salas